Arena que queda
Mucho más lírico que el poemario anterior, Arena que queda pasa constantemente del amor a la memoria, de la memoria a la muerte, de la muerte a la esperanza, de la esperanza a la vida. Es, en realidad, poesía como vindicación, como acto de resistencia ante el sufrimiento común mínimo de las tres heridas con que llegamos, con las que vivimos y con las que nos vamos.