Setenta por ciento agua nos habla del resto, del otro treinta por ciento que no es agua, sino tierra que se convierte en barro cuando se moja. Este es el material con el que damos forma a nuestra vida, a nuestros sufrimientos y nuestras dichas.
Profundizo en la experiencia humana, de acumulación y restos, de tormentas y barros, pero partiendo de mis residuos vitales, ahondando así en la estructura molecular de mi propia gota de agua, que es la misma que tiene todo el océano humano.